Carretes de Pesca Electricos

Los carretes eléctricos de pesca… Si la pesca fuera una película de ciencia ficción, estos serían los robots buenos que vienen a salvarte del apocalipsis de la fatiga. Imagínate: ahí estás, en el barco, el sol pegando duro, los brazos ya medio dormidos, y de pronto… ¡pum! Le das al botón y el carrete hace todo el trabajo duro por ti. Es como tener un asistente personal, pero en vez de traerte café, te sube el pescado desde el fondo del mar.

No es solo que recuperan el sedal como si fueran el Flash de los carretes; es que puedes decirles a qué velocidad quieres que lo hagan. Hoy te sientes perezoso: modo automático. ¿Te crees el rey de la pesca? Pues agárrate y ajusta la velocidad a tu gusto. ¿Y lo mejor? Los controles son tan fáciles que podrías estar comiéndote un bocadillo con una mano y pescando con la otra. Las baterías duran tanto que podrías escribir una novela mientras esperas la picada… Vale, exagero, pero duran un montón.

Estos juguetes no son para cualquiera, ojo. Si eres de los que va al río a sacar sardinas, igual es demasiado. Pero si te va lo épico—sacar monstruos de las profundidades, hacer jigging hasta que se te olvide el sentido del tiempo—esto es tu billete dorado. Con ellos, puedes bajar señuelos a más de 100 metros y subirlos como si nada, o animar jigs pesados sin que el brazo te tiemble como gelatina.

Y como en toda buena historia futurista, hay marcas que lideran la revolución. Shimano mete tecnología Dendoh, que suena a nombre de robot japonés y lo es, más controles digitales que parecen sacados de una nave espacial. Daiwa responde con sus Tanacom, que puedes programar para casi cualquier locura pesquera que se te ocurra. Así que ya sabes, si quieres sentirte como el Tony Stark de la pesca, un carrete eléctrico es tu mejor upgrade.