Carretes Rockfishing: Robustez Extrema para Acantilados

Un carrete típico de rockfishing suele andar entre el tamaño 4000 y el 10000, justo porque necesitas espacio para línea gruesa y potencia para frenar carreras salvajes hacia las piedras. Si vas a pescar desde espigones o muelles, puedes usar tamaños más chicos, pero si te subes a un acantilado alto, olvídate: ahí necesitas músculo en el equipo. Cuanto más grande el carrete, más preparado vas para pelear con bichos fuertes en zonas profundas y rocosas.

Olvídate del peso ligero aquí. Los carretes para rockfishing están construidos para durar, y punto. Engranajes enormes, aleaciones especiales, todo pensado para aguantar la presión de sacar peces atrincherados entre piedras, sin perder suavidad. Por ejemplo, los Shimano Stella SW y Twin Power SW llevan la tecnología Hagane Gear, que suena fuerte porque lo es. Los Daiwa Saltiga y Catalina tampoco se quedan cortos, con sus sistemas Magsealed para mantener todo limpio y sin corrosión.

Y el freno… ¡madre mía, el freno! Aquí necesitas uno que sepa parar a los peces cuando se lanzan a la fuga, pero sin que el hilo se rompa por un tirón brusco. Shimano mete el Rigid Support Drag, que aguanta lo que le eches, mientras Daiwa tira del ATD (Automatic Tournament Drag) para darte control total, incluso cuando la cosa se pone seria.